Desde el 27 de enero de 2018, han ocurrido ocho ataques en la frontera entre Ecuador y Colombia. La población de Mataje, parroquia del cantón San Lorenzo (Esmeraldas) se ha convertido en el escenario de estos atentados en contra de uniformados con el saldo de tres muertos y al menos 30 heridos. El último hecho lamentable es el secuestro de tres integrantes del equipo periodístico de diario El Comercio de Quito, que cumplía su trabajo en la zona.
Estos acontecimientos serían producto de una ausencia del Estado en los últimos años. El trabajo para solucionar este problema a corto, mediano y largo plazo, está en enfocarse en las nuevas amenazas, más presencia del Estado en la zona fronteriza y trabajo en conjunto con la Policía, Fuerzas Armadas, Policía aduanera y sociedad civil, así opina el general Paco Moncayo Gallegos.
En una entrevista concedida a Infórmate y Punto, Moncayo además comenta que la firma de la paz no significó un mejoramiento de la seguridad interna del país.
¿Cuál es su opinión frente a los hechos que han ocurrido en la frontera en los últimos 60 días?
No me sorprende para nada lo que está pasando. Como militar, como profesor, como académico he estado siempre sobre estos temas. Venimos hablando de post conflicto colombiano como poco 10 años, es un tema muy recurrido. Todos sabíamos que para el Ecuador la firma de la paz no iba a significar un mejoramiento de la seguridad interna, por obvias razones; porque no se iban a desmovilizar todas las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), porque la vinculación con los cárteles mexicanos de grupos criminales colombianos los vuelven más peligrosos.
Esta empresa criminal que no solo es de narcotráfico sino de tráfico de personas, lavado de dinero, tráfico de órganos, tráfico de materiales radiactivos, esta gran empresa criminal tiene muchas ramificaciones. Los cuatro carteles (información venida de México) están operando en el Ecuador, están vinculados a los grupos criminales colombianos y a las fuerzas disidentes de las Farc. Aplaudimos la paz, es necesaria para Colombia y Ecuador, pero estas son secuelas de esa firma de la paz. Cuando se firma la paz no es que todos ellos van a tener empleos en el gobierno, candidaturas políticas. Muchos han iniciado esta vida con 12 o 13 años, es lo único que saben hacer. Es muy difícil que se desmovilicen todos.
¿Cree usted que con lo ocurrido en Mataje, sea el inicio de una escalada de violencia en la frontera?
Creo que si! Advertimos que en 2014 ya la Secretaria de Inteligencia había entregado la información, cuantificando las fuerzas criminales, las bandas criminales y formas de operar, esto no es que se acaba mañana, es un tema con el que vamos a tener que lidiar y hay que hacerlo de una manera muy profesional.
¿El incrementado y la presencia de uniformados en la frontera puede mejorar la seguridad?
Hay una posibilidad que espero no suceda, que los mandatarios para decir que están haciendo algo creen que cuestión de incrementar uniformados. Ese no es el tema. La pregunta es ¿Tenemos doctrina para enfrentar estas nuevas amenazas? ¿Tenemos fuerzas entrenadas para derrotar este tipo de amenas? ¿Qué presencia tiene el Estado en esta zona que está siendo atacada por las bandas criminales?.
Los problemas no se solucionan mandando 20 o 30 mil militares, la solución es que el Estado esté presente con educación, con salud, con servicios básicos, con policía y fuerzas armadas. Lo que sucede en la frontera es que hay ausencia de Estado.
¿Qué políticas se debería tomar para solucionar estas amenazas a corto, media y largo plazo?
En el mundo entero ya se habló de estas nuevas amenazas, hay una enorme cantidad de literatura sobre las guerras del siglo XXI. No podemos seguir pensando en cómo era la táctica, la estrategia tradicional. El concepto estratégico de la OTAN ya se enfoca en las nuevas amenazas (terrorismo, narcotráfico, tráfico de armas y de materiales radioactivos). La preparación de la fuerzas ya no está orientada a una guerra que va haber entre Francia y Alemania, está orientada a estas nuevas amenazas que son distintas de alguna manera. Por ejemplo la interoperatividad implica que deben trabajar, entrenarse y operar juntos fuerzas armadas, policía, policía aduanera, organizaciones militares, policiales y civiles. Hay que cambiar los modos de operar, hay que cambiar los modos de pensar estratégicamente, ese es un gran reto hay que enfrentar.
Se dice que la gente que vive en la frontera estaría obligada a colaborar con la norcoguerrilla. ¿Cree usted que esto esté pasando?
No es eso, si hay vacío de Estado y las bandas criminales del narco tráfico, comienzan a suplirle al Estado. Pablo Escobar era el más popular en Colombia porque ponía parques infantiles, regalaba estadios, juguetes en navidad. La primera y mejor medida para enfrentar esta amenaza es mayor presencia del Estado con proyectos de desarrollo social, económico, de infraestructura. Al no haber presencia del Estado, la comunidad empieza a trabajar con ellos y para ellos.
Se necesita un nuevo enfoque tomando en cuenta las características de estas nuevas amenazas. Cuando hay estas amenazas no es que los cárteles quieren que haya violencia, los carteles son un negocio, no están contra el Estado, tratan de utilizar al Estado, pero también hay políticos que tratan de utilizar a los carteles, para que les traten de financiar sus campañas, ese es el Estado mafioso (Estado fallido o narco democracia). Los políticos y los carteles han llegados por distintos caminos a trabajar juntos. Eso es gravísimo. Ahora es el momento de trabajar y saber que lo que ha pasado en otras partes también puede pasar aquí.
¿Considera que en los últimos 10 años las fronteras han estado sin resguardo y que de alguna manera pudo influir la salida de los militares de la base de Manta, o el trabajo de la Senain?
Creo que ideologizar el tema de la seguridad que hizo el expresidente Rafael Correa y su equipo, llevó a convertir a las Fuerzas Armadas en las enemigas de la revolución del siglo XXI y desde el poder se empezó a debilitarlas ya que no pudieron cooptarlas y por otro lado tampoco ha existido un desarrollo de la ciencia militar acorde con las nuevas amenazas.
Paco Moncayo Gallegos: político, profesor y exmilitar ecuatoriano. Fue general de Ejército, diputado nacional, alcalde de Quito en dos períodos consecutivos, y asambleísta por Pichincha.
Por: Ruth Campaña. Fotografías: @juanMiguelGB7 (I)