La filmación fue realizada en la provincia de Imbabura, por la empresa ecuatoriana de producciones Toisan Films. Se difundirá al público en idioma francés, español y alemán en el Continente Europeo y Sudamérica, escenarios magníficos para mostrar al mundo el trabajo de investigación del patrimonio natural y la fauna silvestre, para implementar acciones efectivas de conservación, impulsado en el Geoparque Mundial Imbabura, por parte de la Prefectura, con el apoyo del Ministerio del Ambiente, comunidades y parroquias.

“La Vida Secreta del Oso de Anteojos”. Así se denomina el documental ganador 2020 a la Mejor Película de Especies en Peligro de Extinción, en el Wildlife Conservation Film Festival, un encuentro mundial de cine realizado New York y Los Ángeles, el cual promueve películas independientes que impulsan la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad. Fue grabado en el ecosistema que comprende la cordillera oriental, en donde se asientan los poblados de Chugá, Sigsipamba, Mariano Acosta y Angochagua en la provincia de Imbabura, Geoparque Mundial de la Unesco.

El festival de Conservación de la Vida Silvestre atrae cada año a una representación internacional de cine, cineastas, defensores y científicos dedicados a la preservación de la biodiversidad global. Y es justamente en este escenario en donde el documental, realizado por la productora Toisan Films, especializada en naturaleza, retrato y medio ambiente y el documentalista Philippe Molins, máster en antropología, miembro del directorio de la Asociación, Ciencia y Televisión de París, es catalogado como el mejor.

El documental triunfador narra la vida cotidiana silvestre del oso andino de anteojos en los bosques nubosos de la zona imbabureña. En el se recoge testimonios de Andrés Laguna y Danilo Vásquez, investigadores dedicados desde hace muchos años al estudio de esta especia animal en su hábitat natural. Las imágenes revelan gradualmente algunas de sus facetas cotidianas, el rol que cumplen en la conservación de la biodiversidad, siendo pieza clave en la conservación de los recursos para la vida.

La filmación contó con el auspicio de la Prefectura de Imbabura, organismo que, bajo las directrices del prefecto Pablo Jurado, desarrolla trabajos de investigación y monitoreo de las especies paraguas identificadas en el territorio e implementa proyectos para la reducción de la presión del hábitat de la fauna silvestre. Estos esfuerzos están dirigidos a promover el desarrollo de prácticas de conservación, educación ambiental, producción sostenible y turismo, direccionadas a lograr una coexistencia adecuada entre el ser humano y la naturaleza.

Andrés Laguna, quien aparece en este film, está a cargo de estas acciones. Él indica que los páramos, bosques húmedos y bosques tropicales integran los ecosistemas estratégicos que son fuente de bienes y servicios ambientales, actuando como pulmones del planeta, como sumideros de carbono y reservorios de agua, que dependen directamente de la regeneración constante de la cobertura vegetal.

En este sentido, la fauna silvestre interviene activamente en esta regeneración al consumir especies de plantas, abrir espacios y claros en el bosque, abonar los suelos y dispersar semillas, a través de su tracto digestivo, en áreas de difícil acceso, especialmente en las cabeceras hídricas. El oso andino se desplaza entre 70 a 100 kilómetros por mes y consume alrededor de 60 especies de plantas. Así, este mamífero resulta muy importante para las zonas que habita, principalmente para algunas especies vegetales de bosque andino y páramo, debido a su rol efectivo de dispersor (al depositar semillas con mayor velocidad de germinación en zonas aptas). (I)